miércoles, 2 de mayo de 2007

Porque somos dos.


Tan complejo:

Como una luna que endurece y mantiene un trance en tu pecho de mujer hierba alzando los brazos en torno a ella.
Pechos de herbaje suspendido en que mis manos abandonaron su desden.
Tempestad que en tu cuerpo deje caer un otoño de luna nueva.

No dejes que mi canto desvele Rabos de nube.
No permitas que mi sueño marchite la
unión intranzable de nuestros latidos acaecidos.

De noche:
Juego con mascaras de piel que un teatro mudo aclamó.
Susurros y euforia transplantada ¡No es mía! y debo insistir en dejarla; mas debo vaciar aliento por segundo...

Mañana: He de recordar.

Un cambio de luna es necesario